Hace un par de semanas, fui a un taller para padres. Pasé cinco horas en un sábado sentada en un cuarto grande llenísimo de papás tratando de aprender a ser mejores, más amorosos, más pacientes con sus hijos.
(Cabe mencionar que cuando la presentadora preguntó cuántas personas tenían hijos de 3 años, la mitad del público levantó la mano, jaja.)
Me encantó todo lo que aprendí, pero se me quedó una cosa más que nada. La presentadora nos dijo que como padres, muchas veces vemos un campo lleno de flores y encontramos la ÚNICA hierba.
Con esto se refería a que nuestros hijos saben que, muchas veces, la mejor forma de captar nuestra atención es portándose mal. Aunque no sea atención positiva, ¡sigue siendo nuestra atención! O sea, les estamos gritando ¡pero mínimo los estamos “pelando” como dicen en mi rancho! Y a veces, eso es justo lo que quieren con todo su ser.
Así que nuestro trabajo como padres es buscar entre todo el “ruido” (así decía la presentadora, refiriéndose al comportamiento indeseable) que están creando nuestros hijos, y encontrar un buen comportamiento que queremos que continue. ¡Y luego tenemos que ponerle MUCHA atención a nuestros hijos cuando hagan esa cosa! Respondemos cuando se están portando muy bien, los motivamos para que lo sigan haciendo, les echamos porras, toda la cosa. En otras palabras, vemos un campo lleno de hierbas y encontramos la única flor… y luego le ponemos agua.
Me estaba acordando mucho de esta experiencia ahorita que me senté a escribir, porque hoy quiero platicarles acerca de la estrategia de RESPONDER. Es parte de la campaña Conversar para Aprender de Read on Arizona que ya les he mencionado en otras ocasiones.
Conversar para Aprender se trata de una campaña que ayuda a los padres a tener conversaciones de calidad con los niños. Entonces “responder” en este contexto más bien se refiere a que no hay que dejar a los niños hablando solos— ¡a nadie le gusta eso! Y hasta los bebés más chiquititos se dan cuenta cuando alguien los está escuchando y dándoles una respuesta.
Pero yo pienso que esta estrategia se puede aplicar a nuestra forma de criar a los niños en general, no sólo a nuestras conversaciones con ellos. Todos los días tenemos muchísimas oportunidades de reaccionar y responder a las cosas que dicen y hacen nuestros hijos. Así que cuando respondemos a su buen comportamiento, a sus palabras amables (o a cualquier palabra, cuando son bebés y apenas están aprendiendo a hablar), los estamos animando a que sigan haciendo esa cosa. ¡Es la mejor forma de motivarlos!
En realidad no me sorprendió que en este taller enseñaran muchas de las cosas que he aprendido con las estrategias de Conversar para Aprender. Tiene sentido, ya que una de las metas principales de Conversar para Aprender es ayudarnos a nosotros como padres a apoyar el aprendizaje y desarrollo de nuestros niños en el hogar. Y lo mas maravilloso es que todas estas estrategias están sencillísimas, y a la vez super efectivas.
Pero siempre da gusto escuchar el mismo consejo de diferentes formas (¡sobre todo si es muy buen consejo!). Así que estas semanas he hecho un gran esfuerzo por RESPONDER cuando mis hijas se están portando lindo, y si noto mucho la diferencia.
¿Quién se anima? ¿O ustedes ya son buenísimos para hacer esto en casa? ¡Me encantaría escuchar sus experiencias!